Es muy importante que el sillín se encuentre en posición paralela al suelo.
No debe quedar ni apuntando al techo, ni al suelo. Tiene que quedar apuntando paralelamente al manillar y sin desplazamiento lateral del mismo. Es decir, desde el centro del sillín tenemos que estar apuntando al centro del manillar.
En las bicicletas como las que estamos usando en el gimnasio Fitness Place de Salamanca, no es posible variar la distancia del sillín al manillar. Lo único que nos permite estas bicicletas es adaptar la distancia del manillar.
Como orientación, a pesar de que no es una medida precisa, ajustaremos esta distancia ajustándolo a la longitud del antebrazo. Para ello, colocaremos el codo en la punta del sillín y tocaremos con la punta de los dedos el manillar.
Esta no es una medida 100% correcta porque la medida del antebrazo varía mucho de una persona a otra sin guardar relación con las proporciones del cuerpo. Pero bueno, nos sirve como referencia.
Si tenemos molestias lumbares acercaremos más el manillar hacia nosotros para evitarlo.
Por regla general, colocaremos el manillar a la misma altura que el sillín. Depende luego de la capacidad o experiencia que tengamos en la práctica del ciclo indoor.
Si tenemos más experiencia, colocaremos el manillar un poco más bajo siempre teniendo en cuenta que en este tipo de bicicletas la aerodinámica no es importante. Si no tenemos mucha experiencia o padecemos de dolores en la zona lumbar, lo colocaremos un poco por encima del sillín.
Otro factor a tener en cuenta es si sufrimos alguna lesión o enfermedad por la cual deberíamos colocarlo a una altura adecuada para evitar hacernos daño.
No me canso de repetir que siempre debemos comunicar al monitor todas las dolencias y enfermedades que padezcamos ya que nos ayudará a poder practicar este deporte adaptándonos a nuestras limitaciones personales. No hay dos personas iguales, no hay dos posturas correctas iguales, cada uno debe procurar adaptarla a sus necesidades y NUNCA montarnos en una bici tal y como nos la encontramos.