Estoy concentrado en el ritmo de la clase, pedaleando disfrutando de la buena música y animado porque veo que mis progresos siguen adelante. Pero me doy cuenta de que me empieza un dolor en la parte trasera de mi pierna que va desde el talón, hasta casi arriba donde el muslo… Qué raro! No pasa nada, sigo pedaleando….
Un poco de agua y seguimos pedaleando ahora con un poco más de resistencia, y es cuando ese dolor se empieza a hacer cada vez más intenso.. Sigue creciendo hasta el punto que tengo el gemelo con mucho dolor, hasta el punto que ya no me deja estirar la pierna… ¡Madre mía! ¡Cómo duele! ¿Qué hago? ¡Me bajo y me salgo de clase para ver si se me pasa fuera!…. ¡Gran error! No puedo andar, tengo que salir cojeando de la clase….
Este es un error que todos cometemos la primera vez que notamos esa sensación que llamamos “subir la bola” y que nos asusta tanto que lo primero que pensamos es en salir corriendo de la clase para ver si se nos pasa fuera.
Lo primero que tenemos que hacer es tranquilizarnos, respirar profundo y calmarnos. Dejaremos de dar pedales y procuraremos estirar el gemelo estirando bien la pierna, bajando muy bien el talón, poco a poco, sin prisa, pero estirarlo bien… Le indicaremos al monitor lo que nos pasa y seguro que nos indicara cómo tenemos que realizar el estiramiento sin bajarnos de la bici, ya que estaremos cojos y no podremos apoyar la pierna para caminar.